jueves, 8 de febrero de 2024

Demonios, Mengues y Duendes














Duendecitos
Francisco de Goya
Imagen copyright de Museo del Prado
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Demonios, Mengues y Duendes

Jorge Hinestroza, 31 de enero de 2024.

Presentación

Este escrito es lo que parece. 

Trata de leerlo buscando pistas. Hay varias, pero ninguna a propósito. Como todo hecho humano, se trata de un juego, cuya idea principal en mi caso, es divertirme, si bien no tengo límites en utilizar cualquier fuente, pero creo que la más divertida es la imaginación. Léelo a tu propio riesgo.

Demonios, duendes y mengues

No hay que ser un demonólogo, o sea un experto en demonios, para ver la diferencia entre ellos, los mengues y los duendes. En todo caso, es un tema de conversación.

Gracias a un pequeño tratado de duendología que escribí hace poco, fundamentado en mi larga experiencia de accidentes y objetos perdidos en mi propia casa, puedo hablar de los duendes con propiedad; además, con haber nacido en Cabimas, y conocer la cultura popular andina , coriana y margariteña, y los propios cuentos cabimeros, sé,--- por cuenta propia, que la chinigua, los ceretones y los duendes son de la misma familia. Ademas, ¡yo mismo los he escuchado!

Igual ocurre con las Elfas, aunque este nombre no es venezolano. Me pregunto si hay un nombre criollo para las Elfas. En Cabimas tenemos a la Llorona, No digo que sea una elfa, pero es hembra.

Demonios existen en todo el planeta y fuera de él. Eso es vox populi. Si no lo crees, pregúntale a los “piaches” y sabios de las tribus aborígenes que habitan algunas regiones de nuestro país.

Los wayuu, que nosotros llamamos guajiros, conocen una especie de duende que habita la Península Guajira.  Ellos los llaman Aka’lakui, son seres de apariencia humana, parecidos  a unos niños peludos, pero salvajes como animales y son bajitos con la piel peluda como la del mono y  pezuñas como de vaca. 

Los Barí de la Sierra de Perijá conocen diversas entidades que los científicos llaman “seres míticos”. Una de ellas es el Ichigbarí, un ser que habita los árboles, otras son labiddú y schumbrába, responsables de enfermedades y de la muerte.

Comencé a escuchar sobre duendes y demonios de la boca de mi bisabuela Pastora Méndez, oriunda de Agua Larga, de la montaña de Falcón, en pleno territorio originario de las vívidas aventuras de demonios, duendes y ceretones.

Por las noches  con sus advertencias sobre la venida del demonio, si no me dormía a tiempo, logró inyectarme un potente somnífero de efectos inmediatos: el terror. Me explico: el somnífero era que ella me metía miedo con el maligno.

Una vez,  para darle más realismo a su amenaza, apagó la luz y acto seguido me dijo: “si no te duermes llegará el demonio”, mi corazoncito de 4 años buscaba salir por mi garganta…En unos minutos, ella me dijo: allí viene, y tocó la puerta en la oscuridad, y efectivamente, yo no podía imaginarme cómo era el bicho, pero yo sabía que el diablo estaba allí con todo y sus cachos! ¡hasta tocó la puerta!. Les aseguro que no hay mejor somnífero. Al oír los “toques” del maligno, caí tieso, me dormí en el acto (literal).

Definitivamente, al llegar las noches los humanos entramos en otra dimensión, y las leyes del mundo cambian. Por fortuna existen las estrellas, causa de muchos sueños hermosos. Pero también con el día desaparecen los duendes y los diablos, ¡Gracias a Dios!
JH.

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